lunes, 22 de octubre de 2012

Diversidad cultural de Campeche


Poblamientos prehispánicos
Los indicios más tempranos de ocupación humana, en el actual territorio de Campeche, se remontan a fines del Preclásico Medio, hacia 550 a. C. Durante esa época, la región de las tierras bajas mayas experimentó diversos movimientos migratorios que llevaron de sur a norte a núcleos importantes de gente, quizá para colonizar regiones hasta ese momento vacías. Este movimiento seguramente tuvo como causa un crecimiento de la población que obligó a buscar nuevas tierras. Se ha encontrado evidencias de ello en sitios como Becán, Edzná, Dzibilnocac, El Aguacate y Alimoche.
En la costa los primeros asentamientos parecen ser el resultado de dos corrientes migratorias: el suroeste fue ocupado por grupos procedentes directamente de las tierras bajas mayas del sur, mientras que en la costa norte los grupos procedían del interior de la península. Los sitios más representativos de la costa sur son Aguacatal, Xicalango y Tixchel. 

Los primeros habitantes de Aguacatal llegaron entre 300 y 100 a. C., y eran portadores de una cultura avanzada, con edificios templo y una cerámica tipo Chicanel. Existen múltiples sitios costeros con habitación, durante el Preclásico Tardío. Eran comunidades agrícolas, aunque parte de su subsistencia se basaba en la explotación de los recursos marinos. Por otro lado, la mayoría de los sitios tempranos de la costa noroeste de Campeche fueron basureros y depósitos de concha. Eran comuni­dades de subsistencia. La extracción y comercialización de la sal fue la actividad principal de estos grupos, en los lugares donde fue posible su explotación. En esta parte de la costa, los asentamientos más importantes surgieron durante el periodo Clásico. En el Preclásico Tardío los asentamientos fueron mínimos. 
Existen, desde luego, muchos otros sitios arqueológicos en Campeche que, sin duda, tuvieron sus inicios durante el Preclásico Medio y Superior, como Calakmul, Hormiguero y Río Bec, en el sur; El Tigre, en el suroeste; Dzibilnocac y Tabasqueño, en el centro, y Jaina, en la costa norte.
El final del Preclásico Medio y el Tardío fueron periodos de una gran dinámica, en los cuales hubo un aumento general de las poblaciones, posiblemente con presiones demográficas que habían de catalizar la organización política y los enfrentamientos armados, eran comunidades portadoras de una agricultura extensiva e intensiva, así como poseedoras de una cerámica perteneciente a la esfera Chicanel. Para esa época ya existía un sistema de comercio que permitía el intercambio de ciertos productos entre comunidades del sur y del norte. 


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